Asociación ARO Huelva

Asociación ARO

Doctor Cristóbal Gangoso

Por Anónimo

¡¡MIS QUERIDOS MONITORES!!:

Estas navidades creo que los Reyes Magos han traído a mi casa eso que tanto pedía para mi y para mis hijos, PAZ.

Y por supuesto quiero haceros partícipes de mi inmensa alegría, ya que vosotros, de alguna manera, habéis hecho posible que mis deseos se cumplan.

Después de todos mis sufrimientos, llantos, y de todos los pasos que he ido dando a lo largo de este año pasado, como ya sabéis, tuve que romper con mi vida y buscar un lugar donde empezar de nuevo.

Pero lo que nunca pensé es que el causante de mis sufrimientos y mis llantos iba a ser capaz de venir a pedir perdón y a pedir mi ayuda.

Así empezó mi historia . . .

«Érase una vez un niño que se encontraba perdido, enfermo, solo, sin rumbo. Sin que nadie quisiera ayudarlo, porque por las noches se convertía en hombre lobo, y asustaba a los niños.

Un buen día, vino a mi, y yo, que he aprendido mucho, y me han enseñado mucho, con paz y serenidad, le dije … voy a ayudarte a salir de la oscuridad.

Tenía muy mal aspecto, su cuerpo estaba flaco, tenía muchas heridas en los pies y unas fuertes hemorragias nasales. Lo primero que tienes que hacer, le dije, es romper con tu pasado, y así lo hizo; lo segundo es ir a curarte, y lo está haciendo…

Llora y me abraza mucho, y me da las gracias, porque dice que ahora ve la vida de otro color.

Se ha puesto en manos de un médico, que le está curando esas heridas, y está yendo a un centro, porque por fin ha reconocido que es un enfermo alcohólico.

Ha hablado con sus padres, les ha sabido reconocer su enfermedad y les ha dicho que cuando esté curado volverán a tener un hijo nuevo.

Puedo deciros que he estado viviendo durante 23 años con un desconocido, porque la persona que ahora tengo a mi lado no tiene nada que ver con la que yo vivía.

Le ha costado mucho reconocer cuál era su problema, y que yo no era la culpable. Y por supuesto ahora sé que ese «despertar» y «hacerme mujer» gracias a ARO ha propiciado, y mucho, que él cambie de actitud.

¿Que si soy feliz?

Bueno, mi casa ya no refleja pena, que bastante tiempo la ha tenido. Ahora refleja PAZ, SERENIDAD, Y SEGURIDAD EN MI MISMA, con lo cual puedo deciros, que sí, que soy feliz.

Hoy por hoy compartimos piso en Málaga con nuestra hija que ya, gracias a Dios, se ha adaptado a su nueva vida y está muy contenta. Nosotros como pareja estamos luchando, trabajando juntos y colocando en su sitio muchas cosas que se han destrozado por el camino.

Estamos conociéndonos e intentando hablar el mismo idioma, cosa que nunca conseguimos aún llevando tantos años de matrimonio. Si sale bien… Felicidades, si no, no pasa nada. Yo serena, tranquila; y él, un hombre nuevo.

Me siento orgullosa de mi, pues mis hijos han recuperado a su padre, yo he luchado por ello. Y lo que nunca llegué a pensar después de lo ocurrido, es que su familia me agradeciera todo esto que estoy haciendo, pues siempre fui la mala de la película.

Apoyo de mi familia aún no lo tengo del todo, a ellos les va a costar, perdonar y olvidar todo lo que yo he sufrido. Pero espero que el tiempo les haga ver la nueva persona que tengo a mi lado.

Nunca dejaré de agradeceros lo que hicisteis por mi, os lo debo todo.

En la nueva etapa de mi vida también estoy asistiendo a terapia, pero mis verdaderos descubridores de la luz a mi oscuridad, sin duda, fuisteis vosotros.

Es AMAR donde estamos yendo. Es algo diferente, las terapias son cerradas.

Él con sus monitores y compañeros enfermos, y yo con mujeres, víctimas de una enfermedad.

Todas las tardes de 8 a 9,30 excepto los miércoles, que son terapias familiares abiertas.

Una vez al mes tenemos cita con un psicólogo, que es el que va evaluando cuando se debe cambiar de nivel.

Aunque el sistema es distinto, pero el tratamiento es el mismo. Aprender a vivir sin adicciones, a tener serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, y valor para cambiar las que podamos. Éste es el lema de aquí.

Espero poder perdonarme algún día lo mucho que he tardado en reaccionar, en darme cuenta qué estaba pasando, pero al menos tengo la tranquilidad de haberlo hecho a tiempo.

Sin más, deciros que os echo de menos, mucho de menos,

y que siempre os llevo en mi corazón.

Besos para todos.